Con apenas dieciséis años, Vespasiano deja la granja en la que vive con su familia para alistarse en el ejército, pero a su llegada a Roma, los acontecimientos le arrastran por otros derroteros y al inicio de una de las carreras políticas más fulgurantes de su tiempo. Mientras el emperador Tiberio se encuentra retirado en Capri, el poder recae en las garras de Sejano y su Guardia Pretoriana, que ha puesto en marcha una grandiosa maquinaria de informantes para evitar cualquier ataque contra su autoridad. Es en este ambiente donde el joven Vespasiano se introducirá –y el lector con él– en el círculo la vida de algunos hombres importantes de Roma, y donde hará tanto a peligrosos enemigos como a no menos peligrosos amigos, como es el caso de Calígula, hasta el punto de verse involucrado en una conspiración contra Tiberio. Enrolado en el ejército, tendrá ocasión de descubrir una compleja trama para derrocar a Tiberio, al tiempo que lucha contra los temibles partos. Con su atención a los detalles, a las descripciones de olores y sonidos, con su talento para situar a los personajes en su tiempo y recrear tanto sus acciones como sus pensamientos, Robert Fabbri ha escrito una novela histórica excepcional que nos permite revivir la carrera de quien llegaría a ser el primer emperador de la dinastía Flavia. El ambicioso proyecto de Fabbri propone una emocionante recontrucción biográfica de una vida verdaderamente de novela, y desde la primera entrega introduce un enigma (el augurio al nacer de Vespasiano) que no acaba de resolverse y mantiene al lector a la espera de la próxima novela. Sin embargo, tanto las acciones bélicas como las tramas conspiratorias están contadas con una claridad, una fuerza narrativa y un ritmo tan vigoroso que hacen que esta primera novela se lea de una tirada. No es de extrañar que haya tenido un éxito tan espectacular, porque Fabbri reúne algunos de los rasgos que han llevado al éxito a autores como O¿Brian, Cornwell o Scarrow.