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Es preciso que, pasadas las primeras etapas de desconcierto, los padres se planteen esta cuestión trascendental: ¿Qué vida quiero para mi hijo? Hay unas aspiraciones claras que han de estar en la mente de todos en respuesta a este interrogante: que sea lo más autónomo posible, que sea independiente, que sea un ciudadano de pleno derecho, que sea feliz. Ahora bien, un proyecto de vida dirigido hacia esas metas obliga a plantear acciones coherentes con él. La intervención médica, la atención temprana, la integración familiar y escolar, la aplicación de programas educativos de autonomía personal, habilidades sociales, lectura y escritura y preparación laboral, representan instrumentos y pasos en ese trayecto vital que están bien asentados o se están consolidando en lo que respecta a la población con síndrome de Down. Los padres de un niño recién nacido cuentan hoy en día con un proyecto vital claro, dirigido hacia esos propósitos. El autor, como psicólogo, acerca los conocimientos actuales relativos al síndrome de Down a colegios y familias. Como orientador educativo coordina las intervenciones de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria. Con las llevadas a cabo en centros escolares y las aplicadas en casa procura, en todo momento, implicar a la familia en la educación de sus hijos fomentando la relación con asociaciones y colegios.