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«Es de noche. Calmado e impasible entre las escenas que la oscuridad propicia, el gran corazón de Londres palpita en su pecho de gigante. Riqueza y mendicidad, vicio y virtud, culpa e inocencia, hartura y el hambre más atroz, todos ellos pisoteándose y amontonándose, se reúnen en torno a él». Londres fue para Charles Dickens mucho más que una escuela de la vida y de la literatura. Ejerció allí, desde niño, diversos oficios, comenzando a trabajar a los doce años en una fábrica de betún, ambiente que inspiraría su David Copperfield. Conoció las calles de Londres, su vida, su gente y sus barrios como pocos, y en Londres encontró una fuente inagotable de inspiración. Esta selección de textos tiene como hilo conductor al Londres que tanto inspiró a Dickens, probablemente el autor que más se ha identificado con la ciudad. Una ciudad de maravillas en la pluma de Dickens, y también de grandes contrastes, en la que cabe encontrar la grandeza de la capital del Imperio junto a miserias de todo tipo, como ejemplifica el texto inicial «El corazón de Londres», que con una prosa magistral nos habla de la ciudad como ser con vida propia.