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PUEDO PORQUE PIENSO QUE PUEDO
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Me esfuerzo y trabajo para ser cada día mejor.
Siempre he creído que el mejor método para conseguir los objetivos es creer en mí misma a través del trabajo y el sacrificio, por eso mi lema es «puedo porque pienso que puedo».
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Me esfuerzo y trabajo para ser cada día mejor.
Siempre he creído que el mejor método para conseguir los objetivos es creer en mí misma a través del trabajo y el sacrificio, por eso mi lema es «puedo porque pienso que puedo».
Como júnior conseguí varias medallas en Europeos y Mundiales e incluso gané varios torneos internacionales frente a jugadoras profesionales. Ya en categoría sénior continué creciendo hasta conseguir las 26 medallas de mi palmarés, entre las que destacan la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Río 2016, los tres Mundiales (Copenhague 2014, Yakarta 2015 y Nanjing 2018) y los cuatro Europeos (Kazán 2014, La Roche-sur-Yon 2016, Kolding 2017 y Huelva 2018).
En enero de 2019 viví uno de los momentos más difíciles de mi carrera al romperme el ligamento cruzado de la rodilla derecha. Gracias al trabajo que he realizado junto a todo mi equipo durante más de 7 meses regresé a las pistas sin ningún problema. Pero muy pronto nuevas dificultades vinieron a retarme... Sigo sin rendirme.
«Puedo porque pienso que puedo» es el título de mi libro y el lema de mi vida.
«La vida son etapas y estaba en una de ellas. En la de plenitud, quizá. Podríamos pensar que sería un día más. Un día de tantos. O tal vez podría estar a punto de enfrentarme a uno extraordinario: iba a disputar una final. Una de esas jornadas en la vida de un deportista para las que nos preparamos a conciencia. Estaba en Yakarta, allá lejos, en Indonesia, un país que adoro, donde he vivido grandes experiencias, y en el que me siento tan abrigada y bien recibida siempre que voy. Para mí es uno de esos lugares en los que a pesar de estar lejos te sientes en casa. Os sitúo: era el 27 de enero de 2019. Todo por empezar. A veces vivimos etapas tan buenas que nos metemos en la rutina y lo damos todo por hecho, pensando que lo bueno nos pertenece, forma parte de nuestra propiedad y que hay algo, sin saber qué es, que nos aleja de manera irremediable de las desgracias. Y no es así. De pronto, hay un día, una hora, un lugar, en el que la vida te pone los pies en el suelo de nuevo».