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La pelota es un objeto «talismán». Nos valemos de ella, no sólo porque posee cualidades excepcionales (nuestra identidad se refleja en el simple bote), sino, además y especialmente, porque nos empuja a su posesión y con ello, inexorablemente a nuestro propio equilibrio y desarrollo. Es un objeto, la pelota, amigo. Dispuesto siempre para la caricia o para soportar el golpe. Con ello, tanto los procesos perceptivos se integran, como las pulsiones se expresan. La pelota está siempre ahí, atenta, disponible. Con La pelota en el desarrollo psicomotor nos encontramos ante un libro que posee un valor especial: el de situar ante nosotros al amigo de siempre en primer plano, como protagonista único; no sólo recordándonos tantos y tantos juegos con los que nos podemos relacionar con él, sino hablándonos de él, permitiéndonos la reflexión sobre temas cotidianos, temas de la vida común. El autor, Pedro Pablo Berruezo y Adelantado, nos permite a todos, y al psicomotricista en especial, no alejarnos del sentido común, ni de las cosas sencillas, y, como él mismo dice, «de siempre».