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En un tiempo en que los tercios se consideraban invencibles, una mujer encabezó la rebelión que les inflingiría su primera derrota. En 1572 el ejército español entra a sangre y fuego en Naarden. Mientras las noticias llegan a Haarlem, Kenau acude a Ámsterdam, ciudad ya española, en un intento baldío de salvar a su hija de la hoguera, acusada de hereje. El asedio de Haarlem es inmediato. Y Kenau, junto con su otra hija, Cathelijne claman venganza. Kenau Simonsdochter Hasselaer, «La marimacha», como la llamaban los españoles, es la heroína que se alza en armas. Bajo su mano, las mujeres de la ciudad formarán un ejército para defenderse del ataque enemigo. Aceite y paja hirviendo, piedras y alguna que otra flecha serán sus armas. Las mueve el furor por verse asediadas y las inspiradoras palabras de Kenau. Haarlem acabaría cayendo, pero su espíritu alentó al país y nunca más una ciudad se rindió sin luchar Aunque para la historia haya quedado Rocroi como la primera gran derrota del imperio español, muchos años antes, Haarlem, con Kenau a la cabeza, había dado el pistoletazo de salida a una rebelión que acabaría en la definitiva caída de un imperio donde antes no se ponía el sol. Kenau, madre, guerrera y heroína, a caballo entre la leyenda y la historia, emerge, gracias a esta novela de acción trepidante y brillante descripción, en un mito que pocos podremos olvidar.