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El matemático de origen polaco Benoît Mandelbrot es considerado como el «padre de la geometría fractal». Los fractales –estructuras geométricas de diversos niveles de tamaño, cada una de los cuales repite a pequeña escala la estructura total– son idóneos para mensurar la rugosidad de la Naturaleza y nos permiten acercarnos geométricamente a estructuras tan poco euclideanas –en realidad, tan barrocas– como una nube, el contorno de la costa, los meandros de un río, las ráfagas de viento, un pedazo de coliflor... y, al parecer, una jornada en la Bolsa.En efecto, en este libro, accesible a lectores no especializados, pero que fascinará tanto a expertos financieros como a matemáticos, sus autores muestran cómo aplicar los fractales al comportamiento de los mercados bursátiles. Fenómenos como las caídas y los repuntes bruscos de los índices o las llamadas «burbujas financieras» no siempre resultan explicables a partir de los análisis económicos clásicos. En cambio, las «finanzas fractales» permiten reducir a una idea matemática sencilla procesos tan complejos como la variación de los precios o la convertibilidad de una moneda en otra.