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A todos los niños y niñas les ha gustado, desde siempre, que le cuenten los cuentos tradicionales que han ido pasando, de boca a boca y de generación en generación, de muchas familias de todo el mundo. A los adultos también les gusta contar estos cuentos ya que cuando eran pequeños los han leído o escuchado encantados. La estimulación del lenguaje oral es fundamental para las niñas y los niños en sus primeros años de vida, que coinciden con los del inicio de su etapa escolar en Educación Infantil, y los alumnos que presentan dificultades en el desarrollo del lenguaje oral, aún necesitan una estimulación más específica y más directa, tanto a nivel individual como en grupo. Los cuentos van enfocados a la realización, de una forma lúdica, de actividades que estimulan el lenguaje oral: praxias bucofaciales, ritmo, respiración, soplo, discriminación auditiva, vocabulario temático: (partes del cuerpo, medios de transporte, animales, alimentos, la ciudad,...) conceptos básicos (fundamentales en estas edades para el posterior desarrollo de otras materias en el proceso de enseñanza/aprendizaje en la escuela), lenguaje comprensivo y expresivo (preguntas y respuestas sobre el cuento, diálogos, contar lo que ha escuchado, contar experiencias propias). Todos estos aspectos son fundamentales en el desarrollo del lenguaje oral, y son más fáciles de asimilar o realizar, de esta forma lúdico-pedagógica, por todos los alumnos, mediante la narración-interpretación de un cuento, tal y como ha demostrado esta experiencia. Todo este proceso, se puede hacer en grupo clase, pequeño grupo o a nivel individual. La historia del cuento se puede contar en un principio haciendo el narrador los ejercicios a la vez que las niñas y los niños, o la puede contar primero él sólo y después la cuenta otra vez, para que los niños sí lo acompañen en los ejercicios de praxias. Hay que hacer hincapié en que la narración del cuento no se limita a su lectura, pues sería monótono y menos atractivo, sino que el narrador (logopeda, maestro, familia) tendrá que hacer una lectura previa y contarlo-interpretarlo después, para que le sea más ameno a los niños. Una lectura interpretada también podría hacerse, si no ha habido tiempo de leerlo anteriormente.