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Desde la Ecología Emocional, Ámame para que me pueda ir aborda la responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos. ¿Nos cuestionamos estas afirmaciones? «Los padres tenemos el deber de hacer felices a nuestros hijos» No tenemos que «hacerles felices», tenemos que educarles para que ellos sean capaces de construir su felicidad. «Si me lo puedo permitir, ¿por qué no voy a dárselo?» Hay que enseñarles a conseguir las cosas por sí mismos. Sólo así van a valorar lo que tienen y también lo que no tienen. Es importante que aprendan a invertir esfuerzo, tiempo y trabajo para lograr lo que necesitan y desean. «No quiero que les falte de nada» La sobresaturación elimina la capacidad de desear y también hace que no se valoren las cosas ni las personas. Es importante que les falte de algo o que, por lo menos, no lo tengan todo. «¡Que haga lo que quiera, ahora que puede!» La ausencia de límites tiene unos efectos catastróficos en la vida. La conciencia de límites es un referente imprescindible para nuestros hijos. «¡Mientras vivas aquí harás lo que yo te diga!» No debemos confundir autoridad con ser autoritario. Es importante marcar límites pero también lo es negociar, pactar y llegar a acuerdos.