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Adiós, Madrid fue lo que dijo el torero Antonio Sánchez, El Tato, cuando el cirujano le cortaba la pierna gangrenada a consecuencia de una cornada en el año 1869. Adiós a los toros, adiós a la gloria que sólo entreabre su puerta en la plaza de toros de Madrid. Paseos por el Madrid taurino propone un viaje por los sitios que forman parte o conservan recuerdos de la singular historia madrileña del mundo de los toros. A través de varios recorridos, los lugares se unen por su afinidad espacial y temporal y así nos permiten seguir la evolución de la fiesta de los toros y sus personajes más relevantes, al compás de la evolución de Madrid. La época heroica del toreo, la competencia entre Lagartijo y Frascuelo, la edad de oro de Joselito y Belmonte, el espectáculo desdramatizado que se desarrolla desde la postguerra y la recuperación de los años 80 van parejos con la aportación de Madrid a los toros, los toreros madrileños, las ganaderías y los peculiares y apasionados aficionados; todo ello unido a la transformación del espacio urbano en el Madrid que pasa de los 176.000 habitantes del censo de 1804, constreñidos dentro de la cerca que señala los límites de la ciudad, hasta la apertura de las plazas, el crecimiento de la ciudad, la creación de la Gran Vía, el Ensanche, la invasión del automóvil y la integración de los pueblos y ciudades de su área de influencia.